Versículos ocultos que revelan la ubicación del INFIERNO según la BIBLIA

Debajo de este mundo… bajo la superficie de la tierra… se oculta algo que muy pocos se atreven a mencionar. No se ve. No se toca. Pero está ahí… latente… como una herida abierta en las entrañas del planeta. Durante siglos, se ha ocultado su ubicación. Se ha disfrazado con doctrinas, se ha suavizado con interpretaciones humanas. Pero los textos sagrados… nunca lo negaron. Solo hay que saber leer entre líneas. El infierno… no es un símbolo. Es un lugar. Y está mucho más cerca de lo que crees. Las Escrituras lo revelan… pero no de forma directa. Versículos olvidados. Palabras enterradas en el Antiguo Testamento. Ecos de advertencias eternas que han sido silenciados. Este video no es para tranquilizarte… es para despertarte. Porque si este lugar es real —y lo es— entonces la pregunta ya no es si existe… sino dónde está… y si tú también estás en camino hacia allí sin saberlo.

Jesús pronunció una frase desconcertante, muchas veces ignorada, suavizada o reinterpretada. Dijo: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra.” Mateo 12:40. No habló de un símbolo. No utilizó una metáfora vacía. Dijo “el corazón de la tierra”. Una ubicación clara. Una profundidad. Un destino oculto. ¿Qué hay exactamente en el corazón de la tierra? ¿Un sepulcro? ¿Una simple tumba de roca? ¿O algo más profundo, más temido, más aterrador? Durante generaciones, algunos han evitado esa pregunta. Otros la han distorsionado. Pero la verdad es que ese versículo no está solo. Está conectado con una cadena de pasajes que revelan un descenso real. No solo físico… sino espiritual. Jesús no permaneció simplemente en un sepulcro frío durante tres días. Según las Escrituras, descendió a las regiones más bajas. Lugares mencionados con temor por los profetas. Sitios donde las almas son retenidas. Cárceles donde habitan seres caídos. Cámaras oscuras que aún existen, ocultas a los ojos humanos.
Efesios 4:9 lo confirma con estas palabras: “Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? Jesús descendió, No por castigo, sino por propósito. Entró en una dimensión sellada. Enfrentó rostros condenados. Caminó entre sombras conscientes. Observó el dolor eterno y el juicio inminente. Bajó al núcleo del sufrimiento, donde el fuego no da luz, donde el tiempo no corre, donde el alma no descansa.
¿Y por qué haría eso? Porque ese lugar existe. Porque es real. Porque millones están destinados a él, y Él fue a tomar las llaves.


Apocalipsis 1:18 dice: “Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” Solo alguien que ha entrado… puede poseer las llaves.
Solo alguien que ha pisado esas profundidades… puede abrir o cerrar sus puertas. Y si el mismo Jesús descendió hasta allí… ¿Quién se atreve a negar que ese lugar existe? ¿Quién puede asegurar que no está más cerca de lo que pensamos? ¿Quién puede vivir como si el infierno fuera solo una idea… cuando las Escrituras lo presentan como una realidad tangible, física, ardiente y terrible… justo en el corazón de la tierra? Tal vez no lo veas. Tal vez no lo sientas. Pero está ahí. Y las puertas… no permanecerán cerradas para siempre. Ahora veamos el video completo, recuerda en suscribirte y dejar tu amén en los comentarios. Dios te bendiga.

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